jueves, 25 de agosto de 2011

Sin Pizca de Decencia


Desde que se conoció la historia del exvendedor de flores César Segura, en el sentido de obtener mediante cesión gratuita el título de propiedad sobre un globo de terreno de una hectárea en la codiciada zona de Paitilla, cuyo valor catastral es de 11 millones de dólares y que a valor inmobiliario comercial podría rondar los 50 millones de dólares, convirtiéndolo de la noche a la mañana en un nuevo millonario de la nada, una ola de reacciones en contra de ha producido y el aroma a corrupción en el gobierno aumenta.

Y no es para menos, luego que un medio de comunicación destapó más que un simple rumor, afloró una maniobra a todas luces vinculada con intereses de personas allegadas a las altas esferas del poder del Presidente Ricardo Martinelli. Pero, es de destacar que las principales críticas fueron enfiladas desde la misma alianza, es decir desde las propias entrañas del monstruo gubernamental, que ya se siente insaciable por chupar las ventajas del poder político que conlleva a la fuente del beneficio económico.

La exalcaldesa Mayín Correa y ahora Gobernadora de Panamá, ha sido contundente al señalar que ese espacio fue rellenado por su administración municipal para destinarlo a un parque vecinal.No obstante el ocaso de su mandato en 1999 se lo impidió.
No se puede justificar que el tal señor Ventura, con el presente gobierno, "en menos de lo que se persigna un ñato," obtenga, lo que se le negó en varias administraciones municipales: la titularidad de este lote, so pretexto de justificar derecho posesorio, con documentos atinentes a su ocupación y que tan pronto lo logre, este se lo acredite a la sociedad Segura Ventures Inc, pero, a la vez se descubre que un poderoso e influyente empresario amigo del Presidente y de otros cocotudos, es el que está empatado a esta transaccion viciada de nulidad, porque no tiene asidero, legalizar por Anati-Catastro y el MIVIOT un bien de uso público que pertenece al Estado.

La millonaria transacción respecto al lote, ha evocado el irrespeto al pueblo panameño en general. Hay la percepción o certeza con estos actos administrativos arbitrarios, que aquí, se puede hacer lo que le plazca a los que ostentan un mandato electoral mal entendido, y que los amigos, sean estos potentados económicos, tienen todo el respaldo para hacerse de negocios, aunque tengan que violar las normas legales vigentes. O, que pueden sostenerse con subterfugios, engaños para cubrir estas vergonzosas anomalías de altos funcionarios encumbrados que favorecen allegados privados.

Ahora, el Presidente pretende apaciguar el tsunamí de cuestionamientos de la sociedad panameña con la pretendida decisión de expropiar la propiedad, lo que implicaría de hecho reconocer entonces que Ventura, tiene derechos legales siendo esto inaceptable.
No se puede disponer de los bienes públicos, que es la plata que pagamos todos los panameños para entregar fajos millonarios y tapar la verdadera responsabilidad penal que les cabe a quienes propiciaron, alentaron y apuraron esta nefasto negocio en Paitilla.

Sin embargo, en las últimas horas, se conoce que se trata de no indemnizar nada ni a nadie, que es lo correcto. Ese bien, debe revertir a su estado original, que es la de usuarlo para lo que se propuso originalmente y no importa quien lo ideo ni de que partido es o fue, lo que importa es la función social que debe cumplir. Así debe ser para todo hecho similar en el país.
La comunidad nacional clama justicia y no para de su asombro por la desfachatez de varias figuras como ministros, jefes nacionales y funcionarios intermedios que tratan de justificar que lo actuado fue en derecho, es decir legalmente. Nadie en este país, les cree y muy poco favor se hacen cada vez que se pronuncian.
Bien vale, que el Ministerio Público, entre sin ambajes a realizar una investigación exhaustiva y slaldar las responsabilidades en este atraco público que atenta hasta con el respeto a la institucionalidad.
¿ Cuántos casos más habrá entre bambalinas?

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