jueves, 8 de septiembre de 2011

VOLVAMOS A TRABAJAR POR EL PAÍS

Los acontecimientos de las últimas semanas han evidenciado que llegamos a un grado de incertidumbre política en la conducción de la nave del Estado.

La denominada crisis, ocasionada con la destitución por parte del Presidente Ricardo Martinelli, del excanciller Juan Carlos Varela quien es a la vez el Presidente del Partido Panameñista pero también el aspirante presidencial indiscutido para las elecciones del 2014,lo ha confirmado.

O los cálculos de la cúpula del CD en el poder, la ligereza emocional del mandatario o los asesores más cercanos fallaron y no calibraron las consecuencias de la acción que asumieron el martes 30 de agosto, o estamos en la antesala de un plan preconcebido por la actual conducción politica gubernamental, que pretende insertar el objetivo de continuidad hegemónica y unilateral del partido oficialista más allá del 2014 a través de proponer una segunda vuelta electoral y probablemente la inducción a la reelección inmediata.

Sí como todo lo indica es lo segundo, entonces también a nuestro juicio y el de miles de electores en este país, poco le importa al gobierno con la situación económica que viven a 26 meses de gobierno los panameños más pobres que tropiezan a diario en nuestros campos y ciudades, con el alto costo de los alimentos básicos y otras necesidades.

Cuando, la inseguridad pública en barrios y ciudades importantes del país está permanente amenazada por la presencia creciente de pandillas y estilos de ajusticiamientos por encargo, al estilo de las maras centroamericanas o del narcotráfico local e internacional.

Cada día, observamos en nuestros pueblos, "la tranquilidad entre rejas" es decir, las residencias, son apertrechadas con cantidades de cercas o verjas de hierro convirtiendo a Panamá, en una gran celda de la sociedad.

Es un pueblo lleno de desconfianza social, de sospecha ante la arremetida creciente de la delincuencia que niegan los principales directivos de la seguridad pública y policial.

Reconocemos que deben darse en las condiciones de desigualdad de la distribución de la riqueza, los paliativos como la red de oportunidades, 100 a los 70, la beca universal, el mejoramiento de los servicios públicos; pero Panamá aún debe aspirar a un crecimiento equitativo que equipare las oportunidades tanto para empresarios emprendedores como para los mas desposeídos, meta que proponemos las nuevas generaciones que nos agitamos en la vida política con una visión diferente sobre el desarrollo para todos. No un asistencialismo permanente.

Mientras estos hechos se producen y los vive el pueblo panameño para solo citar algunos aspectos de todo el espectro de perturbación ciudadana, el gobierno de turno incursiona presentando reformas electorales de acuerdo a sus intereses partidistas en la Asamblea Legislativa respecto a la "urgencia de la segunda vuelta".

A tal punto ha trascendido que la destitución del excanciller Juan Carlos Varela y la consecuente ruptura de la fragil alianza electorera, además de la abortada venta de un terreno millonario en Paitilla, en aparente negociado destapado y que presuntamente involucra a altas figuras del engranaje gubernamental, pinta un nuevo escenario inestable a futuro.Y el panameño no se lo merece.

Las actuales encuestas de opinión del momento político que vive Panamá, en su mayoría apuntan a una percepción negativa de lo que viene haciendo el gobierno nacional. La decepción es creciente de quienes principalmente le aportaron los votos por el pregonado "Cambio", que cada día se aleja más de la mesa de nuestros campesinos, obreros, empleados públicos, pequeños comerciantes, educadores, independientes, jóvenes, madres solteras que soñaron en esa esperanza.

Nos corresponde responsablemente, hacer un llamado como diputado de la Republica, a mis colegas de la bancada oficialista para que rectifiquen y encaminen sus pasos por el bien del país, a que depongan su actitud de sumisión a los propósitos de la cúpula del CD y proclamen propuestas de ley firmes, permanentes y efectivas a favor de las mayorías del pueblo panameño.

Legislemos para los necesitados, para la gente honrada que quiere a este país en franco desarrollo sin corrupción, ni coimas ni favoritismos.

A los diputados miembros del partido panameñista, a reencauzar su voz, y demostrar al pueblo que son capaces de corregir los desaciertos que compartieron a la sombra del poder. Que son capaces sin egoísmos de anteponer los intereses del pueblo por encima de agendas personales electorales.

A mis compañeros de bancada de oposición a fortalecernos en un solo haz de voluntades compartidas, consultadas y a plantearle con coraje a nuestra comunidad nacional que el PRD en la Asamblea tiene claro su norte. Que deseamos demostrar que la fuerza de nuestras convicciones seran retribuidas a futuro por un pueblo agradecido.

A mis copartidarios del PRD, a continuar madurando la unidad necesaria que amerita este momento. A anteponer todo interés politico y personal en aras de darle a nuestra membresía una guía real de que caminamos para retomar el gobierno que comprometido plenamente con las grandes mayorías, nos legara Omar Torrijos y su método.

Volvamos a trabajar para esas grandes mayorías nacionales. Panamá lo necesita y nos reclama.

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