lunes, 10 de octubre de 2011

Una Supervisión Obligada


Recientemente, decidí visitar la comunidad de Vaquilla en el corregimiento de Chiguiri Arriba, donde se ejecuta el proyecto de rehabilitación del camino que conduce a esta productiva comunidad rural.
Tierra prodiga para el café, naranjas, verduras, y artesanías. Sus habitantes todos trabajadores, muy hospitalarios y como hombres y mujeres del campo, sencillos, sinceros; siempre empeñados por conseguir mejoras en educación en agricultura sostenible, en salud, en la fe y con  una juventud muy involucrada en el deporte, ha merecido la atención de los gobiernos  de turno.
Mi labor como  diputado de oposición conlleva, aparte de proponer y aprobar leyes en la Asamblea Legislativa, ser vigilante para que las obras que ejecuta el gobierno de turno en nuestro circuito, se desarrollen  con  responsabilidad y calidad. Que la inversión implica  que es el pueblo el que financia estos proyectos, aún aquellos que se logran con préstamos internacionales, porque como todo crédito hay que pagarlo.
En este  sentido, estoy convencido que siendo un diputado de oposición, al que poco se le facilita por parte del oficialismo, la aprobación de iniciativas de obras en las comunidades que represento, pero que por insistencia las solicito, las gestiono en las instituciones que corresponde, mi labor colateral es estar al tanto de los proyectos que realiza el gobierno en mi circuito, no importa desde que instancia gubernamental se implementan.
Si el electorado de mi circuito en el 2009, quiso que fuera su vocero, su peleador social, y me dio el mandato de representarlos; para mí lo menos que puedo hacer es  vigilar, supervisar, exigir que los bienes públicos se usen de la mejor manera.
Es visitar las comunidades, conversar con sus habitantes, para conocer que problemas se tienen con determinada obra, si se está haciendo  en base a las especificaciones técnicas de los pliegos de cargos, si los funcionarios asignados supervisan los trabajos, que los porcentajes de avances vayan cónsonos.
De ésta manera estamos no solo velando por el beneficio de nuestros pueblos sino también por el buen manejo del dinero del pueblo y quizás para que el propio gobierno de turno termine con buen desempeño estos proyectos que lleva adelante  como es el caso de Vaquilla.
Continuaré dándole seguimiento a los diferentes trabajos. También llevaré aquellas necesidades ante los ministerios y oficinas oficiales para que sean atendidos. Felicito a los numerosos funcionarios, que prestan atención a muchas de nuestras solicitudes independientemente de la filiación política partidista.
Ellos están pensando en el país  y no en las elecciones que se avecinan.
Solo los obtusos con el poder en mano, olvidan que el gobierno somos todos, que el estado somos todos y que el mandato es circunstancial, pasajero.
Los hombres y mujeres pasan, las obras quedan. 


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